lunes, 15 de junio de 2009

Ayer comencé a escribir y me quedé sin tinta. Fue... cómo decirlo... catastrófico! Por favor cualquier cosa para poder escribir!... Y no hallaba nada...
Los pensamientos ideas deseos querían posarse y no encontraban dónde.
Se había cortado la luz, eran las dos de la madrugada... una vela chirriante y mi gato en silencio me hacían compañía... y no encontraba dónde plasmar lo que sentía!!!
En esa búsqueda desesperada entré al cuarto, sólo la luz de la luna te alumbraba a través de la ventana. Me acerqué apenitas, dormías plácidamente. En silencio te acaricié el pelo, los ojos cerrados, tus tiernos labios y la tentación fue muy grande...
Te besé como quien se acerca a un santuario, pero con la intención de llevarte al cielo entre gemidos y pecados... recorrí con besos todo tu cuerpo. Ya no necesitaba papel ni lápiz, comencé a escribir sobre tu piel con mis dedos, mi boca, mi lengua, mis piernas... comenzamos una danza de placer entre sábanas inquietas, dimos vueltas vueltas y más vueltas...
Te pareció que habías soñado. Sentí que había terminado de escribir el poema más bello e inspirado de mi vida...

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