miércoles, 23 de septiembre de 2009

desde tus manos caía la tarde
nos vio el mar entre caricias
sabían a sal tus besos
a sal de vida
la última luz del crepúsculo
delineó tu sombra y la mía
armonizaban las olas en danza
nuestra pasión desmedida
la arena nos prometió su lecho
las estrellas se encendían
y al pié del añejo árbol
que brindó su reparo
nuestras almas se fundían

5 comentarios:

La sonrisa de Hiperion dijo...

"la última luz del crepúsculo

delineó tu sombra y la mía "


El amor también puede quemar, como el deseo...

Saludos y un besazo!

Juan de la Cruz Olariaga dijo...

Una fotografía, una pintura hecha con frases, imposible no imaginarlo. Bello Monica, Bello de verdad. Un beso grande

JJ dijo...

Me ha impresionado leer tus poemas. Mónica. Me siento muy identificado. Me quedo
Un beso

Nómada planetario dijo...

Una escena paradisiaca, así da gusto meterse a Robinson con compañía.
Besos desde la otra isla.

Anónimo dijo...

bendita fusión, que sea real